Educación

Aprender no es lo mismo que memorizar, y estudiar no es tampoco esas dos cosas juntas. El estudio es una disciplina llena de mitos, medias verdades y contaminada por un sistema educativo que a menudo se enfoca en exceso en memorizar largos párrafos de texto. Hay mejores maneras de hacerlo.

Aquí tienes algunos consejos para mejorar la manera en la que estudias y sobre todo entender cuáles son las bases y los patrones que se esconden detrás de la memoria y de la relación de conceptos:

Estudia en sesiones de 25 minutos

Este es uno de los más básicos pero también de los más importantes por la cantidad de veces que se ignora. La idea de que la mejor manera de aprender es “echarle codos” y pasar horas frente a los libros o apuntes está tan arraigada que normalmente o se ignora o se toma con recelo. La realidad es que la capacidad de concentración y por tanto de aprendizaje del ser humano desciende drásticamente a partir de los 25 minutos, y que la manera más efectiva para aprender es dividir las sesiones en pequeños fragmentos de aproximadamente esa duración.

Una buena manera de aplicar esta técnica es usar el método Pomodoro. Es una técnica de productividad que consiste en dedicarle 25 minutos de concentración máxima a realizar una única tarea, sin distracciones. Sólo eso. Pasados esos 25, intercalamos con un pequeño descanso de 5 minutos y vuelta a empezar. Una hora tiene, por tanto, dos pomodoros. Muchos estudios sostienen que las personas que aprenden más rápido es porque son capaces de manejar y mantener su concentración durante un breve periodo de tiempo pero que, por contra, es muy productivo.